El SEO desaparece y nace el AEO: ¿qué supone este cambio?
Arlene Puello, Directora de Marketing de LLYC en Panamá
Las marcas y países durante más de dos décadas han invertido esfuerzos titánicos en el SEO (Search Engine Optimization, u Optimización para Motores de Búsqueda), esa ingeniería invisible que definía qué tan arriba aparecían en las búsquedas de Google. Hoy, ese paradigma está de cierta forma en extinción ya que la irrupción de la inteligencia artificial generativa ha dado paso al AEO (AnsweredEngine Optimization u Optimización de Motores de Respuesta), un nuevo enfoque que no se centra en complacer al buscador, sino anticipar cómo los motores de IA como ChatGPT, Gemini o Perplexity construyen, reordenan e interpretan la información sobre nosotros.
En LLYC llevamos más de 12 años estudiando y anticipando cómo iba a evolucionar el marketing, entendiendo que teníamos una nueva audiencia: las plataformas de inteligencia artificial, que necesitaban obtener la información y ponerla al servicio de los usuarios, donde se juega gran parte de la reputación y la visibilidad de las marcas y los países.
El cambio es real para las marcas: Ya no basta con estar presente, hay que asegurarse de ser interpretado correctamente. Más del 35% de las búsquedas actuales tienen ya una respuesta generada por IA (Fuente: LLYC Analysis), y en pruebas recientes, estos sistemas lograron cambiar la opinión de su “oponente” en el 64% de los casos, superando notablemente a los debatientes humanos (Fuente: El Confidencial). Es decir, la conversación pública de cierta forma está siendo moldeada por sistemas que no solo informan, sino que también influyen.
El AEO por su parte abre un frente reputacional interesante ya que lo que un motor generativo responda sobre el país, la empresa o un directivo podría tener más impacto que un titular de prensa. ¿Qué ocurre si una IA destaca las debilidades antes que las fortalezas? ¿O si refuerza percepciones negativas que no han sido corregidas? La diferencia entre la narrativa oficial y la percepción algorítmica puede convertirse en un riesgo reputacional tangible.
¿Qué supone entonces este tránsito de SEO a AEO?
- Un nuevo frente reputacional: La visibilidad dependerá cada vez más de la calidad, consistencia y autenticidad de la información que nutre a los modelos de IA.
- La necesidad de anticipación: Monitorear de forma sistemática qué dicen los algoritmos sobre nosotros será tan importante como leer los titulares de prensa.
- La oportunidad estratégica: AEO no es solo un riesgo, también es un campo abierto para reposicionar países y marcas con narrativas coherentes, transparentes y verificables.
Aún hay tela por cortar en cuanto a la implementación del AEO, pero como punto de partida y bajo el espíritu de la anticipación el primer paso será enfocarnos en auditorías de cómo ven las IAs a las marcas para detectar posibles sesgos y oportunidades de mejora.
Frente a este nuevo escenario, desde LLYC hemos empezado a trazar soluciones concretas. Ya que nos enfocamos en auditar cómo ven las IAs a una marca, detectar posibles sesgos o vacíos de información y alinear la narrativa digital con ese posicionamiento deseado. A través de monitoreo a gran escala, dashboards personalizados y planes de optimización de contenidos se puede no solo diagnosticar y entrenar a la IA, sino también proteger el valor de marca en un entorno gobernado por algoritmos.
Así como los buscadores revolucionaron la información y las redes sociales transformaron la interacción, la inteligencia artificial está redefiniendo la visibilidad. La pregunta ya no es si aparecemos, sino qué versión de nosotros aparece. Y en ese terreno, adelantarse al AEO puede ser la mayor ventaja competitiva de esta década.