La economía de los creadores de contenido y la irrupción de los imperios de marcas propias
Arlene Puello, Directora de Marketing Solutions Panamá y República Dominicana en LLYC
Las transformaciones que vivimos en la manera cómo nos comunicamos e informamos han dado cómo resultado un entorno mediático donde la atención se ha convertido en la moneda más valiosa. Las redes sociales ya no son solo espacios de entretenimiento, sino escenarios donde comunidades enteras se forman alrededor de intereses y personalidades; permitiendo que cualquier persona con una idea y constancia pueda convertirse en referente global. En este ecosistema, los creadores de contenido no solo entretienen: influyen en decisiones de compra, moldean tendencias y conectan directamente con sus seguidores sin intermediarios.

En este contexto, la economía de creadores está viviendo una transformación acelerada. Ya no se trata únicamente de acumular seguidores o de depender de las marcas para monetizar a través de colaboraciones. El verdadero poder está en construir imperios de sus marcas personales, donde los creadores dejan de ser simples generadores de contenido para convertirse en emprendedores digitales con negocios propios.
En nuestro día a día en LLYC hemos analizado cómo la “economía de los creadores de contenido” está transformando la relación entre marcas y audiencias. Las colaboraciones con influencers dejaron de ser solo táctica de marketing para convertirse en parte central de la narrativa de las compañías, que ahora buscan integrarse de manera auténtica en la vida de los consumidores. Además, con nuestros servicios de Deep Learning, ayudamos a grandes marcas a evaluar con precisión su impacto en la conversación social, identificar oportunidades y optimizar sus estrategias para conectar de manera más efectiva con la audiencia en este dinámico ecosistema digital.
Un caso claro es el de Ibai Llanos, el streamer español que ha demostrado que un creador puede trascender su plataforma para generar un gran negocio. Su evento “La Velada del Año”, que comenzó como una simple transmisión de boxeo entre streamers, se ha convertido en uno de los espectáculos digitales más grandes del mundo hispanohablante, reuniendo a millones de espectadores en Twitch y llenando estadios con entradas agotadas en minutos. Sólo en 2025, esta transmisión rompió récords de audiencia, alcanzando una cifra de hasta 9 millones de espectadores.
En Latinoamérica, destacan casos como el de Juanpa Zurita, quien pasó de ser un fenómeno en Vine y YouTube a convertirse en actor, empresario y filántropo, con iniciativas como la marca de agua “Juanpa Zurita Water” y la participación en producciones internacionales. Otros creadores de contenido han encontrado otras formas para generar ingresos, sin la necesidad de tener millones de seguidores. Muchos creadores con apenas 1,000 a 10,000 seguidores logran establecer sus pequeños sectores de mercado, al enfocarse en sistemas sostenibles como cursos, membresías, newsletters o productos digitales.
El futuro de la economía de creadores, no es acumular likes, sino construir negocios reales alrededor de la confianza y la comunidad. En lugar de perseguir la viralidad efímera, se trata de generar valor a largo plazo. Estamos entrando en una etapa donde los creadores no solo entretienen: construyen imperios digitales, sólidos y rentables. Y quizá lo más inspirador es que cualquiera puede hacerlo, si entiende que el verdadero negocio está en ser constante y auténtico.